IRENE GRAU «A hierro»

“– ¡Huele a hierro! – dijo mi amigo Sergi cuando bajábamos del Mauberme, un escarpado pico del extremo Norte del Valle de Arán, en el Pirineo Central. A nuestra derecha se precipitaba oxidado el río Unhola tintando todo a su paso de un rojo anaranjado. Más arriba, de donde veníamos, las minas de Liats y Urets –una antigua explotación minera que en su día extraía plomo y zinc– habían abierto profundos boquetes en la montaña de los que ahora, ayudados por el agua de lluvia, descendían y se oxidaban los minerales de hierro. Un descenso bastante más fácil del que en su día suponía el transporte de los metales extraídos, ayudados por complejos sistemas de poleas, vías y vagonetas de hierro, abandonadas allá arriba y ahora también oxidadas. Aquél Mauberme lo subimos a hierro.

De vuelta a Galicia bajo hasta una montaña hueca, un cielo abierto del que hasta los años ochenta se extrajo cobre; la polémica mina de Touro y O Pino. Es un descomunal agujero en la montaña que ahora, más de treinta años después y ayudado por el uso de tecnosoles para acelerar la aparición de la vegetación, se ha convertido en Humedal Reactivo: un paisaje hecho a hierro con sus lomas escalonadas y parcheadas de vegetación ‘high tech’ con un fuerte olor a azufre y metal.

Desde los cortados de la mina, la constante lluvia arrastra los ácidos hasta llegar a ríos como el Portapego, ahora completamente rojo y convertido en algunos tramos en un auténtico cenagal arcilloso tintado de óxido, que a modo de arenas movedizas bloquean todo a su paso. Lo sé porque intenté acercarme y mis piernas quedaron bloqueadas hasta la rodilla, así que recogí óxidos en ese mismo punto del río y salí de ahí a hierro.

A partir de estas dos experiencias germina una serie de pinturas realizadas a hierro; que surgen de agitados procesos grabados en la misma naturaleza y que utilizan como materia únicamente óxido de hierro y agua de río. Tomando el ciclo del agua y el río como proceso visible de una brutal transformación del paisaje sucedida más arriba, en lo alto de una montaña, operada por la actividad humana de la minería metálica. A hierro utiliza la fuerza al arrastrar los cuadros húmedos por el propio paisaje, en un proceso en el que la propia hierba se convierte en un caótico ejército de pinceles. Fricciona con la naturaleza y la utiliza, y aun así toda esa fuerza que queda grabada en la superficie del lienzo es capaz de convivir con cierta delicadeza gracias al movimiento del agua, buscando ese equilibrio natural. La vegetación no está representada, simplemente está ahí y es de hierro. Igual que el río. Igual que el viento y que el paisaje estratificado. Todo es líquido y se ondula en un movimiento más o menos denso. El paisaje se pinta a sí mismo; a hierro”.

irene grau

A hierro

IRENE GRAU

5 octubre – 7 diciembre de 2024

Galería Juan Silió
C/ Sol 45, bajo. 39003 Santander.

Horario:
Martes – Sábado,
10:30 – 13:30 h.
18:00 – 21:00 h.