«Desserts» es el título de la nueva exposición individual de Ciuco Gutiérrez (Torrelavega, 1956), que se expone en la Galería Juan Silió de Santander desde el sábado 28 de febrero y hasta el próximo 3 de abril, coincidiendo con la celebración del III Festival de Fotografía y Vídeo Foconorte.
El fotógrafo torrelaveguense expone alrededor de quince fotografías de paisajes en los que el nexo de unión son una serie de lámparas gigantes, en clara alusión al epígrafe de la colección: «Desserts», que fonéticamente suena parecido a «desiertos», pero se traduce como «postres». Se trata de una forma de personalizar determinados espacios que le transmiten cierta sensación de desolación y llevarlos a un terreno más metafórico «para coronarlos, para iluminarlos, para interiorizarlos». Este trabajo enlaza con su anterior proyecto «El coleccionista de nubes», en donde el fotógrafo llevó a cabo una serie de paisajes en los que el cielo y la tierra, así como los espacios interiores y exteriores se mezclaban borrando sus propios límites.
En cada una de las imágenes, tomadas en distintos viajes alrededor del mundo (España, China, Estados Unidos, Cuba o Egipto), Ciuco intenta aportar otra visión del paisaje, más ambigua y onírica. La inserción de las lámparas le permite jugar de nuevo con las nociones de interior y exterior, de realidad y ficción u ornamento, de espacio público e intimidad, todo ello salpimentado con sus habituales dosis de imaginación e ironía.
La historiadora del arte Lidia Gil, en el cuento que ha escrito a propósito de la exposición, describe a Ciuco como «el fotógrafo que descubrió las maravillas de resucitar al niño que pervive en nosotros», recreando espacios y ambientes «saturados de luz de color y fantasía». Reconocido por sus imágenes previamente construidas o escenificadas y su lenguaje de acentuada personalidad, ajeno a clasificaciones y caracterizado por su brillante cromatismo y la fantasía de sus contenidos, Ciuco Gutiérrez ha generado una nueva mirada sobre la realidad que tiene mucho que ver con nuestra memoria.
De formación periodística y vinculado a la radio, se dio a conocer como artista en la primera mitad de los ochenta, cuando comenzó a publicar sus fotografías en algunas revistas de culto de la movida madrileña.
Irrumpió en el ámbito fotográfico con un lenguaje en el que el color agresivo y la ironía fueron sus armas expresivas. Sus composiciones no dejaron indiferente a nadie: o eran odiadas o todo lo contrario.
En 1986 realiza su primera exposición individual en la Galería Moriarty de Madrid y desde entonces no ha parado de exponer tanto en España como el extranjero. Ha sido uno de los primeros fotógrafos, junto a Ouka Leele, Alberto García Alix, Javier Vallhonrat y Joan Fontcuberta que abrió las galerías de arte generalistas a la fotografía y expuso su obra en ARCO.
Desde entonces su trabajo ha girado en torno a la escenificación de espacios y lugares en los que, partiendo de una mirada muy íntima en la que la imaginación ha sido parte fundamental del discurso, a través de los objetos, la paradoja y el color ha transformado recreando un universo onírico propio.
Galardonado con el Premio Kodak de fotografía en 1990, sus imágenes están representadas en colecciones privadas y públicas entre las que destacan el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el IVAM de Valencia, la Colección Telefónica, la Colección Norte de Arte Contemporáneo del Gobierno de Cantabria, la Comunidad de Madrid, la Fundación La Caixa de Barcelona, el Ayuntamiento de Alcobendas, el Ayuntamiento de Alcorcón, Caja Cantabria, la Fundación Coca Cola España, la Diputación de Cádiz o UNICAJA, entre otras.