La obra de Cuca Nelles es siempre un reflejo de su propia experiencia vital y, como nace de lo profundo, plasma con honestidad y descaro emociones y conceptos universales como el miedo, la vulnerabilidad, la violencia, la soledad, la independencia, lo familiar, el juego, la infancia, los roles del género, los retos del amor y el desamor. Esto hace que su pintura sea poderosa e inquietante, visceral y arrebatada.
La energía que transmite la pincelada colorista de Cuca Nelles, junto a un estilo expresionista y onírico, remarcan la autenticidad de sus propuestas estéticas, que sangran de pura vida que contienen. El dibujo y la pintura se convierten así en espejo, diario o diván. En el lienzo se generan espacios donde el relato se desarrolla para contar verdades a través de enigmáticos símbolos, llamadas a lo cotidiano e intromisiones gráficas de múltiples referencias. La utilización del fragmento pictórico, la palabra escrita y el vacío, desvela la convivencia entre el inconsciente y lo aparente, poniendo de manifiesto ese resbaladizo magma en el que se desarrolla la identidad.