Hubo una época reciente, en la que para ser un artista rompedor y tener proyección de futuro, había que hacer fotografía, instalación, vídeo… o cuando menos, ser un artista multidisciplinar. En esa época en la que se sobrevaloraba la idea feliz por encima de la elaboración física de la obra, Antonio Mesones planta cara a estas ideas dominantes y excluyentes con un arma vieja: la pintura. Y para más inri, con apariencia abstracta.
Y digo apariencia, porque para mí, observador privilegiado, nunca ha dejado de pintar paisajes. Antonio Mesones, como un pintor romántico, traslada la naturaleza y su manera de sentir la vida a sus cielos y mares. Las brumas del Norte, siempre presentes en la geografía de sus estudios, le han acompañado durante su trabajo. Con la minuciosidad y la laboriosidad de un artesano, Antonio Mesones va construyendo sus obras con gestos periódicos y repetitivos, con la sutileza y veladura de una bajamar o dejando visibles las barbas de sus olas.
Bajo el aspecto de una pintura formalmente bellísima, late el espíritu de un contracorriente, un artesano, un romántico.
Marta y Eulogio Sánchez
Antonio Mesones (Torrelavega, Cantabria, 1965) estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco para después viajar, a través de una serie de becas, a ciudades como Lisboa, Ámsterdam o Berlín, donde ha establecido su residencia.
Su obra investiga el comportamiento de la luz y el color y las relaciones entre el espacio y la forma. Ha expuesto individualmente en galerías como The grass is greener, (Leipzig, Alemania), GE Galería (Monterrey, México), Galería Juan Silió (Santander), Galería Maior (Mallorca), Invaliden 1 Galerie (Berlín), Galería Pilar Serra (Madrid), Daniel Cuevas (Madrid). Su obra está presente en colecciones como Fundación Marcelino Botín, Fundación Coca Cola, Colección CAM, Colección CAC, Colección Pilar Citoler, Colección Kells o Colección Los Bragales.